Algo tan sencillo como la aplicación de nuestro humectante puede hacer la gran diferencia entre un maquillaje pulido a un maquillaje opaco y agrietado. ¿Por qué? Utilizar la formula correcta para nuestro tipo de piel y saber de qué forma debe aplicarse son algunos de los tips que harán toda la diferencia.

Elige el humectante correcto para tu tipo de piel

Todos los humectantes tienen tres ingredientes principales: oclusivos que protegen tu piel y retienen la hidratación, emolientes encargados de reparar las células dañadas de la piel, y humectantes como glicerina que aumentan la cantidad de agua en la piel. Cada producto humectante tiene diferente cantidad de estas formulas de tal forma que cada uno atiende diferentes necesidades. Quizás tu humectante no es suficiente para tu piel o en el otro extremo, estas sobrecargando tu piel.

Debe ser una rutina

Parece lógico que solo humectemos la piel cuando está seca, sin embargo cuando la piel ya está en este estado lo más seguro es que tu piel tenga una capa de células muertas en la superficie haciendo que el humectante no penetre como debería. Cuando nuestra piel está seca, produce más sebo para lubricarse, por lo que seguramente también estarías teniendo una capa de este. Asegurate de exfoliar la piel por lo menos una vez a la semana para remover las células muertas y aplica tu rutina de humectación dos veces al día: Por la mañana y por la noche después de haber limpiado tu piel, seguido por el tónico.

 

La piel grasa también se humecta

Tener piel grasa o propensa a acné no quiere decir que nuestra piel no necesita hidratación. No humectar tu piel hará que esta produzca más sebo. Busca humectantes muy ligeros, en formulas como gel y no-comedogénico, con ingredientes como retinol, acido salicilico y ácido glicólico

 

La aplicación debe ser suave, a toques y sin jalar

Si al aplicar producto en tu piel estas frotando demasiado, crearás fricción entre tus manos y tu piel, la cual causará que el compuesto del agua se evapore sin haber comenzado a trabajar en tu piel.  De igual forma, al jalar tu piel de forma descendente puede causar arrugas prematuras, flacidez con el paso del tiempo. Es recomendable que la aplicación sea en círculos ascendentes y con mucha suavidad. Para el área de los ojos debe ser a toques suaves con el dedo anular ya que es el que menor presión ejerce.